Era consciente que mi falta de interés en mi físico me pasaría factura. No sabía cómo atacar el problema y notaba que necesitaba ayuda. Un simple dietista quizás me ayudaría, pero una vez puestos a poner soluciones.

“Tengo cuarenta y siete años y desde hacía algún tiempo –años, incluso- arrastraba un desánimo que yo creía que tenía que ver con la famosa crisis de los cuarenta que sufrimos los hombres. Pensaba que no me iba a librar de esa tristeza y que tenía que empezar a acostumbrarme porque ya me iba a acompañar siempre. Además me sentía muy cansado y llegaba al final del día sin fuerzas. Neolife apareció en mi vida en un momento providencial. Después de someterme a unas exhaustivas analíticas y pruebas comencé a tomar los suplementos recomendados, varié mi dieta y comencé a pincharme cada quince días testosterona. ¡Bendita testosterona! Desde que sigo las pautas que me ofrecen en la clínica mi vida ha cambiado radicalmente. He recuperado un tono vital que creía perdido para siempre y afronto la vida con optimismo. He dicho adiós a muchísimos miedos y me veo capaz de enfrentarme a nuevos retos con energías renovadas”.

El hecho de tener que pasar por una etapa más de nuestra vida, no significa que haya que renunciar a sentirse bien. Todavía me queda un trecho por recorrer en este aprendizaje de vida sana y demás, pero sé que voy por buen camino y con la tranquilidad de saber que estoy en buenas manos. Me encuentro con más energía, me veo cada vez mejor y lo más importante: CON BUENA SALUD